San Viernes. Nunca hay viernes malo, o al menos no recuerdo ahora mismo ninguno. Es lo que tiene terminar la semana y empezar el día de tan buen ánimo, que por mucho que lo intenten no se puede torcer.
Hay cosas que siguen igual de mal y que tienen la misma pinta que hace unos días. La maldita guerra tiene pinta de quedarse más tiempo que el coronavirus, eso si no se vuelve todo el mundo definitivamente loco y le da por pulsar botones rojos. Ese diario no lo quiero hacer nunca ni pagado.
El paso por casa de mi madre ha sido entre otras cosas para entregar un cargamento de tuppers y a la vez recoger los que ya había llenado. Casa Micaela no descansa una vez que reabre sus puertas tras las vacaciones. Además he recogido el hueso del jamón que quedaba para probar a hacer mañana una receta de croquetas de jamón, en la cual hay que cocer piezas de hueso junto con la leche para hacer la bechamel. La pieza ya ha sido bien aprovechada por todos; Andrés como cortador experto ha hecho bien su trabajo de apurar hasta el fondo.
Nota curiosa y un poquito peligrosa. Al parecer hay un jabalí suelto muy cerca de mi urbanización. Tan cerca que se ha acercado hasta la rotonda de acceso al polígono industrial cercano a mi trabajo. De hecho, cuando regreso de Ansoáin paso por ahí todas las veces. Poca broma, ya que una vez tuve un susto con un animal de estos, que no llegó a choque por poco.
Y hoy otra vez que se va un recuerdo para Barcelona y para Packs. Con la foto que nos ha enviado, estaba claro que era carne de blog y lo sabía… ¡Un abrazo enorme para todos los de allá!
Tutto andrà bene!!
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