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Día 752 – Recuerdos de la nieve

Una guerra en curso, una crisis económica con unos niveles de inflación no vistos desde hace más de 30 años, un nuevo jefe en los que quieren mandar en España, un nuevo triunfo de un chaval tenista que va para grande, un bofetón que sigue dando de qué hablar… pero nada que decir del coronavirus. Como si fuera agua pasada, ya no es ni interesante ni noticia. Así estamos.

Y ya que esto va de noticias interesadas, pongo mi interés en una de ellas en concreto: el reportaje que ha hecho Diario de Navarra sobre la nueva etapa de Casa Azcona. Ojalá todo les vaya estupendamente.

Por lo demás, un lunes como otro cualquiera, en el cual lo más interesante ha sido recordar las nieves caídas el pasado fin de semana. Todavía estaban presentes en las terrazas de mi trabajo que dan al norte. Me sigue impresionando ver nieve en abril, como ver algunas de las fotografías que ha compartido Miguel de uno de los días pasados. Auténticas postales.

Poco a poco hay que incorporar las rutinas que había adquirido en tiempo de confinamiento, como es el ejercicio físico. La bicicleta estática me salvó la vida en este aspecto, así que he vuelto a ella. El final del día me lo he perdido, pero ahí estaba Idoia para recordar que sigue habiendo atardeceres bonitos en este año 2022, aunque no lo parezca.


Tutto andrà bene!!
#hazteildefonser

Día 741 – De GIFs, pavos reales y comidas de trabajo

A veces hay situaciones tan surrealistas que la incredulidad y la risa se mezclan a partes iguales. En esa misma situación me he encontrado cuando he visto una fotografía de los compañeros que están trabajando en una planta solar en mitad de la provincia de Cuenca y se han encontrado con una sorpresa monumental en mitad de la planta: un pavo real paseando a su antojo (repito, en Cuenca). Todo muy normal.

Esta vez no me ha tocado hacer las maletas y ponerme en la carretera, aunque creo que no faltará mucho para volver a hacerlo. El ritmo de trabajo obliga a adaptarse a múltiples condiciones de los proyectos y una de esas es el trabajo en campo. Mientras tanto, también hay bastantes cosas que hacer en oficinas y en laboratorio. La fusión de los departamentos se va notando en todo, incluso en los pequeños detalles como son las comidas en el restaurante. Ya parece que vamos de boda en cada comida por la mesa que nos ponen.

Aunque todos queremos pasar página con el tema de la pandemia (más que pasar página, lo que queremos es cerrar el libro), la realidad es muy tozuda. La Covid-19 se ha vuelto a cobrar una nueva víctima ilustre, un gran desconocido que ha influído muchísimo en la vida cotidiana de todos nosotros. Ha fallecido Stephen Wilhite, el creador del formato GIF que se popularizó a finales de los años 80 y es ampliamente utilizado en las redes sociales y en los programas de mensajería por móvil.

Como buen friki, he estado buscando los homenajes en la red, que han sido numerosísimos; por supuesto, con los GIFs más populares que se han compartido en estos años. El reconocimiento de las pequeñas cosas que no parecen importar mucho pero que tenemos siempre presente es un gesto de inteligencia. Ya podríamos ser igual en todo lo demás.


Tutto andrà bene!!
#hazteildefonser

Día 735 – La comida de Navidad

Va a ser muy difícil que vuelva a tener una comida como la de hoy y no porque haya sido una comida especialmente rara o diferente, salvo por el hecho de que era la comida de Navidad de la empresa y hoy es 18 de marzo.

Como todos los años, la comida ha sido organizada por los propios trabajadores (por no decir únicamente por Cris, el alma de las fiestas del trabajo) en el restaurante de todos los años, el del Club Natación, con la previa del poteo en el Kantxa.

Pese a que las fechas eran las que eran, nos hemos juntado más de cuarenta compañeros que hemos compartido uno de los pocos ratos en donde nos juntamos todos. Uno de los pocos momentos de sobremesa con copa de patxarán que llevo en los últimos dos años.

Y si hablo de momentos que no he vivido, ha sido volver a jugar una partida de mus bien echada, con sus risas y con sus ratitos de descontrol (que para eso era el momento), pero muy a gusto. Hemos mantenido el nivel (ganando, que la duda ofende) a pesar de no jugar al mus desde el 2019. Lo pienso un instante y me parece increíble, cuando hace años (no muchos) jugaba todos los fines de semana. Como cambia la vida.

Lo que pasa en la noche se queda en la noche, aunque en mi caso sea muy light. Nos estamos haciendo mayores.


Tutto andrà bene!!
#hazteildefonser

Día 725 – A vueltas con el 8M

Ha llegado otra vez el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer. Esta vez me ha pillado un poco por sorpresa, ya que el esperado final de la pandemia junto con el inicio de una guerra me ha dejado desenfocado con esta celebración. Y mira que siempre trae cola: baste recordar que hace dos años se le culpó a esta celebración del comienzo de la expansión de la pandemia.

Debo reconocer que es una de las celebraciones que siempre me crean un debate interno: mientras pienso que hay más que argumentos de sobra para reivindicar el estatus global de la mujer hoy en día, el hecho de que siga existiendo esta celebración es señal de que no hay muchos avances y es un testimonio de que sigue haciendo falta ese día. Pero además he visto que en este asunto se mezcla, se tuerce y se tergiversa todo.

  • Por un lado, hay mucha gente que utiliza el feminismo como una opción política, y a partir de ahí, el feminismo es mi ideología, mi partido y casi mi equipo de fútbol.
  • Aprovechando la politización del feminismo, hay otra gente que eso les sirve de excusa para no reconocer las diferencias en la contratación o el acceso y la garantía de las mismas oportunidades en el ámbito laboral entre hombres y mujeres, más aún cuando la preparación a nivel de formación profesional y universitaria ya está equiparada hace tiempo.
  • También se argumenta que para defender el feminismo es preciso atacar el machismo, y ante la duda hay que atacar al «hombre» como concepto, ya que es el que ha forjado una sociedad patriarcal y un idioma no inclusivo que hay que cambiar, aunque sea inventándose palabras o reglas gramaticales.
  • Y por otro lado están los que argumentan que no hay una igualdad de hombre=malo y mujer=buena, pero también son los que regatean las expresiones de violencia de género o violencia machista, y que la violencia familiar es igual en los dos sentidos (pese al número de fallecimientos de mujeres frente a hombres, que hasta donde yo sé no ha habido hombres fallecidos por este motivo en los últimos años).

De todo lo que he visto y he leído con relación al día de hoy, me quedo con la entrada del informativo matinal de Ángel Martín y con un texto encontrado en Facebook. Dos visiones que se entremezclan, que se suman y se contrarrestan a la vez. Si seguimos debatiendo esto el año que viene, es que en realidad no habremos avanzado nada como sociedad. Y por si me preguntan, yo soy feminista mientras eso no suponga la versión contraria del machismo.

Mi día son los 365 del año. Nada que celebrar un día que representa el aniversario de un evento trágico. El feminismo por desgracia ha sido pervertido por grupos de presión mafiosos y espurios. La igualdad es un fraude en un mundo donde cohabitan millones de seres diferentes, lo que necesitamos es equidad.

El feminismo actual ha perdido su esencia real, en vez de incitar a las mujeres a que se empoderen y tomen consciencia de su divinidad, las ha convertido en seres quejosos e impotentes. Predican un victimismo que desgraciadamente tiende a generalizar y polarizar la sociedad creando bandos opuestos. Trampa habitual del sistema para manipularnos y dominarnos mejor. 

Hay hombres malos pero también hay mujeres malas; fragmentar mediante el género es un error. Mientras que las mujeres acusan al hombre de todos sus males, olvidan al mal real que oprime a ambos sexos: el Estado. Yo no tengo miedo a ningún hombre, tampoco a ninguna mujer. Los hombres que han pretendido meterse conmigo han acabado mal… 

(...) Yo no soy frágil como una flor, yo soy frágil como una bomba.

Soraya Belmar de Muga

Cierro esta entrada con algo dulce: los famosos «garroticos» de Pastas Beatríz que nos trajo ayer un compañero por su cumpleaños y unos dulces típicos de Malta que también lo han traído unas compañeras desde la isla mediterránea en la que estuvieron de congreso.


Tutto andrà bene!!
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Día 721 – Sorpresa, sorpresa

Se avecina un fin de semana muy especial, cargado de emociones y con muchas sorpresas, casi al estilo de aquel famoso programa de televisíón. Unos días en familia con mayúsculas, algo que la pandemia no ha podido arrebatarnos.

Pero antes de eso, hoy el trabajo ha exigido remangarse y ejercer de mecánico, ya que una de las ruedas del remolque de un grupo electrógeno que solemos utilizar se nos ha caído en pedazos y ha habido que montarla de nuevo. Cuando ya hemos conseguido montarla, nos han cancelado el trabajo que íbamos a hacer la semana que viene. Así que me ha tocado devolver el remolque sin haber hecho nada de provecho. Qué se le va a hacer.

La tarde ha empezado con uno de los partidos aplazados que teníamos. Derrota contra un equipo más grande y de más edad, con muchas cosas para aprender de nosotras mismas al ir perdiendo de más de quince puntos, remontarlos para ponernos por delante y al final perder de diez. A veces se gana, otras se aprende.

La última hora de la tarde ha sido el comienzo del fin de semana familiar que nos espera. Mañana, 5 de marzo, mis tíos Dioni y Mari celebran sus Bodas de Oro. A esta celebración vamos a asistir sus hermanos, hijos, nietos, sobrinos, cuñados, amigos… pero no solo de Pamplona, sino también de Barcelona, solo que esto último no lo han sabido hasta que hoy mismo los han visto en Ansoáin. La cara de sorpresa de mi tía Mari al verlos no tiene precio.

Como siempre, toda celebración familiar se realiza delante de una mesa bien llenita de cosas ricas. Mañana no va a ser menos, ni la comida ni las sorpresas. Por nuestra parte, la de sus sobrinos de la Micaela, llevamos casi dos semanas preparando unos recuerdos muy especiales que nos ha llevado su tiempo, pero que lo hemos hecho con muchísima ilusión.


Tutto andrà bene!!
#hazteildefonser

Día 718 – La retórica de la guerra

Hace mucho tiempo que las guerras no se declaran formalmente porque hay que tener cuidado de cómo apareces ante el resto del mundo, si como el agredido o como el agresor. Y si tú eres de estos últimos, hay que hacer ver que no había otra opción más que atacar, que fue en defensa propia, que no había más remedio que hacerlo. Y si aun así no puedes justificarlo adecuadamente, miente, engaña, tergiversa y censura, que no pueda saberse la verdad hasta que ya sea tarde.

La guerra provocada por la invasión de Rusia a Ucrania no es distinta en este aspecto a otras guerras. Pero el tema de la retórica es tan exagerado que roza el ridículo: no se está produciendo una guerra, es una «operación militar especial», no es una invasión, es una «acción para desnazificar Ucrania». Y ya de paso, que ningún país ayude a Ucrania ni se pase al bando de la OTAN, que tengo misiles nucleares esperando. Todo es tan ridículamente exagerado que se dan situaciones como que la ONU quiera condenar la invasión y la presidencia del Consejo de Seguridad sea de Rusia (con derecho de veto). O que el ministro de exteriores ruso quiera hablar en la Conferencia de Desarme y de Derechos Humanos, mientras siguen los bombardeos. La retórica y la propaganda de la guerra.

Las guerras se libran en el campo de batalla y en la propaganda. Se añade un nuevo escenario, las redes sociales. Y en las redes todo es postureo, todo son poses y publicidad, que también cuenta. Una de estas poses está siendo la expulsión más o menos coordinada de todos los equipos y deportistas rusos que participan en competiciones internacionales. Seguramente, una de las consecuencias más injustas de la guerra, pero en muchos sentidos inevitable.

No deja de ser una grandísima broma de la vida (y muy macabra, por cierto) que la evolución de la pandemia siga siendo lo más positivo del día. Hoy mismo se ha adoptado la medida de que los contactos de infectados por la Covid no tengan que hacer cuarentena. Esto deja en España una única gran restricción: la obligación de la mascarilla en interiores. Como todo el mundo daba por hecho, este será el último paso.

Día de trabajo normal, con sus coffee breaks correspondientes para tomar el aire o tomar un café. Se agradece la normalidad de vez en cuando y no estar viviendo siempre al borde de la locura.


Tutto andrà bene!!
#hazteildefonser

Día 717 – Por debajo de 100

En un visto y no visto, ya nos hemos gastado los dos primeros meses de este 2022 que está siendo tan complicado. Un año en que, para lo poco que llevo, he sufrido la Covid-19 junto con la mayoría de mi familia y estoy viviendo una guerra que nos va a tocar muy de cerca, mucho más de lo que sospechamos.

Quién me iba a decir a mí que en una entrada de este diario del coronavirus la mejor noticia la iba a protagonizar la propia pandemia. Después de muchos días, el número de contagios diarios por coronavirus en Navarra ha bajado de cien casos, una cifra que llegó a estar muy por encima de tres mil.

Hoy también ha tocado salir tarde del trabajo y el último día de febrero ha tenido a bien regalar un bonito atardecer. Lo que me hace recordar que llevamos un mejor invierno que el final del otoño. Pero esto es Pamplona, en cualquier momento se puede poner a nevar (aunque sea junio).

No me olvido de que el 28 de febrero es el día de Andalucía, presente por tantas y tantas cosas. Me ha llegado una de las viñetas de @juancarlerias publicada en el Diario de Jaén, con los leones y el Hércules del escudo de Andalucía recogiendo en sus manos una paloma de la paz caída. Una gran viñeta para resumir el día que es hoy.


Tutto andrà bene!!
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Día 710 – Más cerca

Tengo tanto cariño al lunes como se lo tiene Garfield; eso ya no va a cambiar. Sin embargo, he de reconocer que este lunes ha traído dos noticias que nos acercan un poco más al fin de la pandemia, o por lo menos al final de las restricciones. La primera viene desde el Reino Unido, en donde se elimina el aislamiento obligatorio de los positivos por la Covid-19. Se une a la lista de países europeos que han dado por finalizada la pandemia. La segunda, de Navarra, con un descenso de personas ingresadas y de casos positivos en un día.

No me olvido del compañero bloguero, Antonio Liberal, que sigue marchando por el camino de pelear y convivir con su enfermedad. Hoy Antonio ha escrito la entrada de su blog desde el hospital donde está ingresado. ¡Un fuerte abrazo y muchísimos ánimos!

Trabajo, trabajo, trabajo. El resto de la jornada no ofrece muchas novedades para comentar, salvo el atardecer que he visto saliendo de la oficina. Un lunes un poco menos lunes.


Tutto andrà bene!!
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Día 703 – De mudanzas y «Te quiero»

Lunes de San Valentín. ¿No os suena raro? Si no es un contrasentido, que alguien me lo explique bien. Quizá tenga todo el sentido del mundo, pero eso es entrar en terrenos pantanosos en donde todos nosotros hemos estado alguna vez…

El caso es que hoy también ha tocado en el trabajo un pequeño sarao interno, una nueva mudanza de las ubicaciones de los puestos de trabajo tras la fusión de dos de nuestros departamentos técnicos. En el cambio he pasado de ventanilla a pasillo, lo que siempre es peor por el tema de la luz, pero habrá que adaptarse y ver las nuevas oportunidades de los cambios, que siempre las hay.

Cada vez que realizas una mudanza suelen aparecer las cosas más insospechadas o aquellas que siempre han estado ahí y no te has dado cuenta desde cuando han estado por ahí. Por eso cuando he empezado a trasladar papeles, archivadores y demás elementos de oficina y he visto aparecer cosas como diskettes de 3.5″ o un calendario del 2004 con la mascota «Tranqui» me he quedado un momento flipando de cómo ha pasado el tiempo y a qué velocidad.

Para rematar la sección remember, me han pasado la fotografía que me hicieron hace casi veinte años cuando teníamos nuestros laboratorios en Noáin, y ya puestos la he colocado delante de mi escritorio. Cada vez me parezco más al típico abuelo cebolleta que cuenta sus batallitas.

No me olvido de que hoy es San Valentín, un día que nunca he celebrado (tuviera pareja o no). Sin embargo, hoy he visto una de las mejores dedicatorias referente a este día en el informativo diario de Ángel Martín (de lo más recomendable que hay por las redes): «Dile te quiero a la persona que ves reflejada en el espejo, porque como no empieces a querer a esa persona lo de querer al resto te va a salir regular«.


Tutto andrà bene!!
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Día 693 – Lluvia

La lluvia en Sevilla es una pura maravilla. Pues no, aunque lo diga Audrey Hepburn en My Fair Lady. La lluvia nos ha hecho pasar un día muy diferente al de ayer.

No se han equivocado las predicciones; el día ha amanecido totalmente encapotado en la planta solar, muy al estilo norteño. Y claro, si quitas el sol a una instalación solar, las cosas funcionan de forma regulera. No obstante, el trabajo obliga y hemos estado trabajando a pie de obra, esta vez todo el día en la planta sin posibilidad de desplazarnos al hotel en previsión de que apareciera la lluvia. Nuestra nueva oficina ha sido la caseta prefabricada que ha servido de comedor y cafetería a los trabajadores de la obra.

La cosa pintaba fea y hemos comido en el bar donde almorzamos el primer día, a escasos dos kilómetros de la planta. No nos hemos equivocado, ya que a la tarde ha empezado a llover y hemos tenido que desmontar todos los equipos y empaquetarlos para volver mañana a casa. La planta solar nos ha ofrecido sus últimos paisajes, unos mucho más parecidos a los que solemos ver por nuestra tierra.

Aunque con poca luz, ha quedado tiempo para dar un último paseo por El Puerto de Santa María, bajo el txirimiri (quién me lo iba a decir). Me ha dado tiempo a descubrir calles, edificios y alguna que otra curiosidad: ¡hay una Casa Micaela en El Puerto!

Una pequeña sorpresa ha sido encontrar la señal de «trafico» que muestro en medio de una plaza (como una señal más). Y es una sorpresa por la coincidencia de motivos de dicha señal con otras que ví no muy lejos de aquí y que también recogí en este diario. Muy llamativo y muy indicativo que existan estas señales o de similar temática por toda la geografía nacional.

La despedida de El Puerto ha sido repitiendo restaurante (La Venencia) y repitiendo coulant, con la previa de un poco de pulpo. Se nota en las calles que aunque no es temporada turística, el fin de semana es otra cosa: algunos bares de copas han abierto y han puesto sus mesas y sillas en las calles peatonales. Lástima que mañana toquen otros mil kilómetros de carretera.


Tutto andrà bene!!
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