Archivo de la etiqueta: tío Dioni

Día 723 – Encanto

El día de después de una celebración familiar es… otro día de celebración familiar. Los acontecimientos que se celebran en un fin de semana se hacen para exprimir ese fin de semana, más aún cuando hay gente que ha hecho un largo viaje para estar aquí.

Antes de estar de nuevo con toda la familia, tocaba partido en casa (después de mucho tiempo). La victoria nos ha vuelto a sonreír, no sin esfuerzo y teniendo que «ponerse las pilas» en el segundo tiempo. Ese es el camino.

Con la presencia de sobrinos y allegados en el partido, hemos tenido un café, previo tiovivo para los peques. No hay frio para la diversión cuando la atracción de feria está a tu disposición casi en exclusiva.

Día de más protagonismo para los peques que para los mayores, al contrario que ayer (con la excepción de Julen, el «bebé jefazo» que se metió a todos en el bolsillo). El celebrar una nueva comida en una bajera que tiene al lado una calle peatonal (pintada con los viejos juegos de tiza) es una invitación muy fuerte como para no acudir, y más si hay balón de fútbol de por medio. En esa misma calle han pintado numerosos círculos cada uno con un nombre, y por suerte Arane y Julen tienen el suyo.

La sección infantil y juvenil ha estado a tope todo el día. Me ha recordado a mis tiempos en donde las reuniones familiares eran para mí las reuniones de primos y ellos eran la «otra cuadrilla» con la que te juntabas cada cierto tiempo.

La despedida siempre es lo peor, porque una despedida es una separación grande entre nosotros. Queda el consuelo de que en cada despedida hay una promesa de volver a encontrarnos. Seguro que sí.

Un fin de semana de emociones, de recuerdos y de buena compañía; la mejor. Todo lleno de encanto, como la película que he visto esta noche y que me ha enamorado su música. Especialmente el tema principal de Carlos Vives, que no he dejado de tararear hasta que me he dormido. Familia y magia, un buen dúo.


Tutto andrà bene!!
#hazteildefonser

Día 722 – Dioni y Mari

Hoy, 5 de marzo de 2022, es el 50º aniversario de las bodas de mis tíos Dioni y Mari. Hoy hemos celebrado sus Bodas de Oro.

He tenido la suerte de pertenecer a la familia que pertenezco, una familia que siempre ha estado ahí, quizá porque precisamente ha estado unida en la separación de ser una familia de inmigrantes. Y tal vez por eso, mis tíos Dioni y Mari han sido «los tíos» (así como Maribel y Fernando han sido «los primos»), porque ellos han sido los que más cerca he tenido al vivir al lado de mis padres. Ellos siempre han estado al lado nuestra; no en vano mi tío es también mi padrino, así que esta celebración también es muy especial para mí.

Como no podía ser de otra forma, la celebración ha sido un gran homenaje a la familia que ellos han formado alrededor suya, además de las amistades que ya son como de la familia. Una celebración con muchas emociones y muchos recuerdos alrededor de la mesa.

La comida ha estado a la altura de la celebración, tanto en los platos fuertes como en los detalles. Por estos lares, es raro fallar en ese aspecto.

Aunque los protagonistas eran mis tíos, la estrella de la comida ha sido Julen, el más pequeño de todos. Lo reconozco, se me cae la baba por él. No sé si es por ser tío o porque estoy muy chocholo, que diría Iosune.

Como toda boda, los novios han tenido sus regalos. Y hasta ha habido discurso de agradecimiento de parte del novio y canción a coro de todos los amigos. El momento más emocionante junto con los recuerdos a los que ya no están. El recuerdo de mi padre y de sus Bodas de Oro que no llegó a celebrar me ha asaltado a traición…

Casualidades de la vida, la comida de al lado en el restaurante era también la celebración de otras bodas de oro, la cual se nos había adelantado contratando la música del evento (sí, lo habíamos pensado como regalo de boda). Lo mejor de todo es que ambas celebraciones se han juntado y las dos bodas han tenido la música que se merecían. Un reconocimiento a ellos, el Dúo Imperial; en cuanto han cantado Caballo Prieto Azabache ya me tenían ganado.

Y así hemos acabado la velada, comidos, bebidos (lo justo) y bailando. Haciendo un poco el tonto también, pero eso ya viene de serie. Las chicas de la boda han estado más listas que los chicos y se han hecho su foto. A los chicos no nos da para tanto.

Ya solo queda decir: ¡Vivan los novios!


Tutto andrà bene!!
#hazteildefonser

Día 721 – Sorpresa, sorpresa

Se avecina un fin de semana muy especial, cargado de emociones y con muchas sorpresas, casi al estilo de aquel famoso programa de televisíón. Unos días en familia con mayúsculas, algo que la pandemia no ha podido arrebatarnos.

Pero antes de eso, hoy el trabajo ha exigido remangarse y ejercer de mecánico, ya que una de las ruedas del remolque de un grupo electrógeno que solemos utilizar se nos ha caído en pedazos y ha habido que montarla de nuevo. Cuando ya hemos conseguido montarla, nos han cancelado el trabajo que íbamos a hacer la semana que viene. Así que me ha tocado devolver el remolque sin haber hecho nada de provecho. Qué se le va a hacer.

La tarde ha empezado con uno de los partidos aplazados que teníamos. Derrota contra un equipo más grande y de más edad, con muchas cosas para aprender de nosotras mismas al ir perdiendo de más de quince puntos, remontarlos para ponernos por delante y al final perder de diez. A veces se gana, otras se aprende.

La última hora de la tarde ha sido el comienzo del fin de semana familiar que nos espera. Mañana, 5 de marzo, mis tíos Dioni y Mari celebran sus Bodas de Oro. A esta celebración vamos a asistir sus hermanos, hijos, nietos, sobrinos, cuñados, amigos… pero no solo de Pamplona, sino también de Barcelona, solo que esto último no lo han sabido hasta que hoy mismo los han visto en Ansoáin. La cara de sorpresa de mi tía Mari al verlos no tiene precio.

Como siempre, toda celebración familiar se realiza delante de una mesa bien llenita de cosas ricas. Mañana no va a ser menos, ni la comida ni las sorpresas. Por nuestra parte, la de sus sobrinos de la Micaela, llevamos casi dos semanas preparando unos recuerdos muy especiales que nos ha llevado su tiempo, pero que lo hemos hecho con muchísima ilusión.


Tutto andrà bene!!
#hazteildefonser

Día 324 – Aniversarios

Comienzo por el final del día. Conduciendo de regreso a Sarriguren ya de noche en el tramo de carretera entre Huarte y Olatz (un tramo sin iluminación de ningún tipo y con una carretera sin arcén) me he encontrado casi encima mía con dos runners que iban corriendo por el mismo lado del sentido de mi marcha y vestidos con pantalón negro y sudadera gris. Volantazo y susto de los gordos; menos mal que no iba muy rápido. Me he quedado alucinado cómo es posible que no se hayan dado cuenta de lo peligroso que era lo que estaban haciendo. Cada uno se juega la vida como quiere, a veces de la forma más estúpida.

Hoy domingo 31 de enero comienza una serie de días en donde se me juntan un montón de cumpleaños de amigos y familiares (con el permiso de Idoia). Empezando por mi tío Dioni, que es más que mi tío, mi padrino. Aunque quiero mucho a todos mis tíos sin excepción, al haber estado siempre viviendo tan próximos de mis padres en Ansoáin y por todo lo vivido y compartido, mis tíos Dioni y Mari van a ser siempre «los tíos«. ¡Felicidades, tío! Que lo podamos celebrar pronto como se merece.

La verdad es que este cumpleaños va a quedar un tanto deslucido por otro aniversario; tal día como hoy de hace un año se diagnosticaba el primer caso de coronavirus en España y empezaba oficialmente la pesadilla del último año que hemos vivido.

Curiosa alguna portada de un diario de ese día con la imagen de la Tierra con una mascarilla puesta. Tantas vueltas que se ha dado al tema y ya nos lo habían adelantado.

La mañana ha sido un calco de ayer: levantarse tarde y dejarse caer a la terraza de la cafetería, que ya empieza a ser nuestra sala de juntas particular. No importa que llueva estando debajo de un toldo (de hecho, ha llovido y bien a gusto durante la mañana). Ya empieza a ser habitual no uno sino dos cafés, que es lo lógico porque el promedio sigue siendo de un café por hora. Ya con nuevo nombre y nuevo logo en el grupo del café. Lo que se dice en el café de Sarriguren queda en el café de Sarriguren.

El otro cuarto de estar

A la tarde he hecho visita a la otra punta de la ciudad y he estado paseando con Arane y compañía por las calles y parques de su urbanización. También puedo decir que lo que se dice allí, allí se queda, pero eso es otro cantar. Arane sigue a lo suyo y cada vez está más espabilada y graciosa (me dirán sus padres que la gracia la tiene a ratos, pero yo soy el tío, ¡se siente!)

Y a la noche, tras el incidente en la carretera, me he puesto a preparar la comida de mañana, la merluza en salsa verde. He cortado los ajos, pochado la cebolla, salteado las gambas… y en ese momento descubro que no tengo caldo de pescado. Pifia de las gordas ponerte a hacer cosas sin comprobar antes todo. ¿Solución? Tortilla de cebolla, gambas y ajos. ¡Salvado por la campana! (y por la media docena de huevos que tenía)


Tutto andrà bene!!
#hazteildefonser