El signo de los tiempos modernos

Ahora que tengo un blog, los pensamientos y las ocurrencias que tengo de vez en cuando las puedo dar forma y contenido y hacerlas públicas para compartirlas con todo el mundo. No se si eso es una ventaja o un inconveniente para mí, pero puestos a escribir voy a escribir lo que me parezca. Esta es, sin duda, la sección más personal del blog. Así que ya me podéis llamar friki.

Siempre me ha gustado la historia, creo que hubiera sido un buen historiador. Viendo un poco los tiempos pasados y los que nos ha tocado vivir parece que en la época contemporánea han pisado el acelerador en cuanto a los distintos artes, las modas, los usos y las costumbres. Lo que antes duraba años o incluso décadas, con suerte permanece unos meses hoy en día. Entonces, ¿Cómo identificar el paso de las distintas épocas si nos quedamos sin referencias claras? Con algo que evolucione tan rápido como el signo de los tiempos. Y eso no ha sido otra cosa que la tecnología.

Pero no quiero confundir. Me refiero a la tecnología que hemos tocado, que hemos manejado y manoseado, que ha sido parte de nuestro día a día, la de casa. Tecnología que a veces nos ha marcado mucho, pero que ha sido muy fugaz al quedar obsoleta rápidamente. Me he puesto a pensar en aquellos aparatos de los que más me acuerdo y que marcaron época (por lo menos para mí) y me he puesto a buscarlos para escribir esta entrada.

Si pensamos en una casa, el aparato que no ha podido faltar en estos años es la televisión (si alguien me dice la cocina o la lavadora, es postureo y lo sabéis). Recuerdo la primera televisión en color SANYO (sé que en casa llegó a haber otra televisión en blanco y negro viejísima y grandísima que parecía un mueble bar, pero nunca supe de dónde había salido ese armatoste). Una tele sin mando a distancia, con ocho botones para seleccionar distintos canales que había que sintonizarlos cada uno con una mini ruleta).

El apartado musical también tenía su importancia, pero ya menos. Al fin y al cabo no ha sido la época de mis abuelos en donde la radio era la reina de la casa. Pero una radio había que tener, y algo donde escuchar música también. Así que ¡bienvenido radio-cassette!

La cosa se fue refinando con la llegada de las cadenas musicales, minicadenas o stereos. Con ellas llegaba la oportinidad de escuchar música en alta calidad y con relativa gran potencia ya que se vendían con buenos altavoces y una etapa de amplificación bastante potable. Y teniendo un tocadiscos, que pocos años después caería en desgracia por la llegada del CD.

De lo más grande a lo más pequeño. También llegaba a casa el famoso walkman. Ya podías escuchar música no solo en casa o en los bares, sino en cualquier parte mientras te duraran las pilas.

La reina absoluta de la música era la cinta cassette; pese a que las ediciones de los discos eran en vinilo, la cassette te la podías llevar a cualquier lugar y sobre todo escucharla en el coche. Y por supuesto, ¡podías grabar cassettes! Para eso estaban las cintas vírgenes y dentro de las cintas vírgenes la marca más famosa era la de las tres letras…

Grabar música estaba muy bien, pero cuando llegó la posibilidad de grabar películas y programas de televisión fue otro mundo. El vídeo llegó a casa, eso sí, con el pie cambiado porque lo de varios formatos para una sola cosa nunca ha sido una gran idea. Así que los videos VHS, Betamax y 2000 coexistieron durante un breve de tiempo, hasta que la guerra de formatos tuvo un ganador, el VHS. En mi casa llegó el VHS, y por supuesto, de SANYO. Entrábamos de lleno en la cultura del videoclub, un universo completo y complejo en sí mismo. ¡Qué tiempos!

Por su propia naturaleza, los equipos informáticos han sido los que más han evolucionado. La cantidad y rapidez de equipos que la mayoría de nosotros ha manejado es bastante grande. Podría traer aquí un montón de ejemplos, pero me quedo con los dos que más recuerdo. Mi primer ordenador (un MSX2) y mi primer PC, un 8086 de Philips. Los dos todavía los tengo guardados en trasteros, así que ya deben valer una pasta si es que siguen funcionando.

Aunque antes de que llegaran los ordenadores, los aparatos con teclas eran mecánicos y con una cinta de tinta negra y roja que se hacía escuchar por toda la casa. Las máquinas de escribir fueron las reinas de las oficinas en los años 80, aunque ya al final de esa década empezaron a ser minoría.

Mezclando ordenadores, audio y video entramos en el maravilloso mundo de los formatos de grabación y almacenamiento. Creo que solo mirando todos los formatos que ha habido se puede escribir la historia y fechar acontecimientos por el dispositivo que se utilizaba. Desde los discos flexibles de 5 1/4″, diskettes de 3 1/2″, discos Zip, etc. hasta llegar a los almacenamientos ópticos (CD, DVD, Blue Ray) y las tarjetas de memoria de todo los colores.

Cómo olvidarme de las cámaras de fotografía y de los carretes de fotos de 12, 24 y 36 fotografías. Eso sí que era jugártela cuando querías sacar una foto, ya no había vuelta atrás. Y encima, tenías que esperar hasta el revelado para saber si habías hecho una gran foto o habías tirado el dinero en revelar una basura. Me acuerdo de la primera cámara de fotos que tuve, supongo que sería un regalo pero no me acuerdo de qué.

Como recuerdo de cosas concretas, me quedan los relojes de pulsera (que por cierto, ya no uso), como el famoso CASIO que me regalaron por mi comunión (¡¡a otras les regalaron hasta dos walkman!!), o los relojes analógicos y digitales que estuvieron tan de moda a principios de los 90. Pero me acuerdo mucho del reloj de mi padre, un CITIZEN que pesaba un quintal y que precisamente se lo tuvo que comprar por mi culpa, ya que una vez me dejó su reloj (que era el de su padre, mi abuelo) y se lo estropeé. Del universo de consolas de juegos y demás queda como antecedentes los juegos LCD (antecesores de la Gameboy) y que popularizaron las pilas de botón, algo que no se había visto nunca hasta ese momento. Y cómo no, los teléfonos móviles a partir de finales de los 90, con mi primer teléfono Nokia 3110. Otro aparato que ha mutado en veinte años.

Muchos recuerdos, mucha nostalgia pero mucha satisfacción y diversión me ha dado el realizar esta entrada. Hay fotos que no son mías, pero que sacan los aparatos exactos que había en casa de mis padres. Otras fotos sí son mías de cosas que todavía tengo por ahí. Cuando lean esto mis hermanas comprenderán algunos mensajes y seguro que también compartirán algunos recuerdos, como espero que todos vosotros que me seguís en este blog.


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